Aunque sea un tema que angustia de sobremanera a los padres, psicólogos aclaran que estas manifestaciones son normales y dan cuenta del desarrollo emocional y social de los niños. Desde el primer año de vida hasta los tres años aproximadamente, la tarea de los chicos es aprender a auto-regularse, por lo tanto, cuando pelean están experimentando, entrenando y poniendo a prueba de alguna manera sus capacidades para controlar los impulsos frente a determinadas situaciones.